La novena quisqueyana logro dominar al resto del
mundo, imponiendo su peligrosa ofensiva y poderoso elenco de serpentineros. No
solo la Republica Dominicana se corono campeón del tercer Clásico Mundial de
Béisbol 2013, pero lo logro ganando de forma contundente, de punta a punta,
invictos. La final este año no pudo haber sido mejor para el béisbol
latinoamericano cuando se decidió entre dos países caribeños, que no solo
comparten el merengue y la salsa, pero ambos llevan una profunda pasión,
respeto y amor al béisbol. Puerto Rico llego a la final de forma inesperada
jugando un béisbol solido que los llevo a sobrevivir la primera ronda,
eliminando a tres potencias: Venezuela, Estados Unidos y Japón. Por su parte,
los dominicanos llegaron a este Clásico con absoluto enfoque, pasión
desbordante y un béisbol impecable en todos los sentidos. Los boricuas y
quisqueyanos se enfrentaron tres veces durante este Clásico con un mismo
resultado, Dominica triunfante. El bullpen dominicano terminó maniatando a sus
rivales durante este torneo cuando no permitieron una carrera en los últimos 22
episodios. El antesalista Robinson Canó se convirtió en el MVP del torneo. Canó
conectó un impresionante .469 con cuatro dobles y dos cuadrangulares y 15
imparables en 8 juegos. Por otra parte, Puerto Rico conto con un buen cuerpo de
lanzadores, aunque la mayoría de ellos ni siquiera formaban parte de un roster
de Grandes Ligas. De hecho, J.C. Romero fue el único serpentinero grandes ligas
en ese conjunto. Otro héroe boricua fue el lanzador de liga menor de los
Dodgers, el derecho de 28-años de edad Mario Santiago quien lanzó cinco
entradas en el partido contra Japón sin permitirles una carrera, para ayudar a
Puerto Rico avanzar a la final del Clásico Mundial de Béisbol 2013. Japón
conquisto los títulos del Clásico 2006 y 2009. Pero aun así, en ninguna de esas
dos oportunidades esos equipos no pudieron lograr lo que Republica Dominicana
pudo: consagrarse campeón en forma invicta. Este Clásico también fue un equito
en taquilla, estableciendo un récord de 885.212 que pagaron su entrada. Después
de haber culminado este torneo, la conclusión es casi unánime, el béisbol
continua creciendo mundialmente y su popularidad va mucho más allá que en
Estados Unidos.
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